DELIRIO INVERNAL
Ecuánimes trajeados legitiman números ciegos del abismo. Matemáticos impertérritos glorifican heladas gráficas que no conocen de circunstancias. Antinomias enardecidas izan banderas de tela raída. Canonizaciones petrificadas; inmóviles, reticentes ante cualquier posibilidad de movimiento sísmico. Tramas audaces y moribundas navegando en resbaladizas grietas de planetas binarios. Grises con tornasolados. Zurdos versus derechos. Pasivos espectadores guiados por la inercia; doctrinas amontonadas en el Sitio de las Almas; a salvo de cualquier alteración en el sistema nervioso, sin variaciones pronunciadas de la frecuencia cardíaca. Los miembros del mitin oficialista despiden enormes bocanadas de aire a través de sus bocas hambrientas, observan el auto flagelo paulatino de las hormigas viajeras, que no dejan de golpearse a si mismas contra el piso de baldosas. Sofisticadas máquinas y aparatos infalibles esparcen tentáculos a sus largas y anchas; cataratas de carteles persuasivos buscando