NATURA CONTRACULTURA

Acusan a este grupo comunicacional, al que pertenezco con orgullo, de tener el monopolio de la información; esto no es más que una cortina de humo para ocultar sus más fervientes sentires anti republicanos. No creen en la libertad de expresión como principio innegociable de esta sagrada profesión, como aquello a lo que todos NOSOTROS aspiramos. Sí, NOSOTROS; humildes trabajadores de prensa que como el venerado televidente, formamos parte de la bastardeada Clase Media y pagamos todos los meses nuestros impuestos… ¡y que impuestos! Porque en este país existe   la tasa de impuestos más grande del continente…que digo del continente, del planeta…que digo del planeta, de todos los campeonatos interplanetarios habidos y por haber.   ¿Para qué?...para mantener a estos ñoquis militantes,   vagos que nada saben de la cultura del trabajo, integrantes del lumpen que mientras cobran sus vergonzosos planes sociales   mes a mes, matan a nuestros pobres abuelos o encañonan a   tiernos púberes…si

El piloto maniobra entre una congregación de turbulencias cerca del arribo a Montevideo. Mis ojos permanecen abstraídos, como en trance, aparentemente en la Nada, esencialmente en el Todo; a pesar del movimiento del pájaro con turbinas y el fuerte alarido de una pasajera en estado de shock,   ellos continúan inmersos en la vastedad del cosmos, ante la revelación de lo inconmensurable. Río de Janeiro en el retrovisor, la piel profunda conservada en el presente. Selectas galerías de nostalgias furiosamente vitales me transforman; no soy el mismo, un alma atravesada por nuevos experimentos de personas buscando gloria interna, difícil de percibir sin empatía, muy fácil de notarlo en dos bochones de claridad extrema emanando fulgor, iluminando el entorno sin buscarlo. A través de esa mirada cómplice recorro el túnel una semana hacia atrás y el chip se pierde entre los morros surcando edificios…la naturaleza única mezclada ante la imponencia del tráfico, uma cidade maravilhosa que de arr