NEUROSIS LIBRESCA
www.lifeder.com Perdón la rotundidad. Hoy se asevera con vehemencia la única sentencia de un historial enteramente relativista: la mente voluble es, lisa y llanamente, una intertextualidad esquizofrénica que sobrevive en la inconciencia y cuando es consciente sufre, irremediablemente. Cuan desgraciados seremos al intentar tenerla debajo de la pata y de inmediato frustrarnos ante la imposibilidad de vigilarla o castigarla, citando al célebre Foucault. Hilvanadora pecaminosa de collages inacabados y ajenos como si fuesen propios u orgánicos; meta teje y maneje de hojas sueltas elucubrando libretos maquiavélicos. Negros espíritus paridos en algún asentamiento de mala fama y buena gente. La boca pronuncia el sol pero la mente libidinosa es noche inalienable, eternamente infiel al palabrerío de la baratija mundana. Cómo podríamos saberla unívoca y lineal, despojada de una manada de sinuosidades tan típicas de gurí inquieto, gurí ciclotímico, gurí adepto a despelotes