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Mostrando entradas de agosto, 2020

INVERSIÓN KAFKIANA

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es.wikipedia.org La muerte llega sin aviso. Consumo un aire viciado. Me pesan los ojos, siento los hombros caídos y las piernas entumecidas como presas de un letargo perpetuo. Estoy abrumado pero no sé lo que me abruma y ese desconocmiento es lo más abrumador. Quizás por ello las cláusulas telegráficas, el lenguaje apelmazado y epistolar, la nítida falta de fluidez en las letras que no bailan como, modestia aparte, sé que puedo hacerlas bailar. No hay acción en el relato porque la narrativa es inexistente y un sosiego excesivo paraliza mis extremidades; las manos mojadas, los pies congelados, los dedos dormidos, el cuello tieso. La libertad no circula sarcástica entre mis carnes. Una sensación de insustancialidad latente   como cuando escribís con las venas sin sangre. ¿Desangradas? Al revés, porque la sangre no chorrea a borbotones, nada se sale de su lugar, todo permanece en un orden meridianamente sepulcral. Podría decir, sin miedo a equivocarme, que me hallo ensimismado.