EL COMODIN DE LA MEMORIA
www.onmanorama.com/sports/tennis Quien hoy parte hacia sus aposentos dejando al tenis huérfano y sin consuelo fue una sana costumbre de domingo, un hábito de melodías dulcemente tenues y versos encantadores, un violinista sin aspavientos, un tímido cacho de lujuria involuntaria, una maquina insaciable de gloria, un apetecible trozo de carne publicitaria y mucho más que cualquier cosa un dador de amor celestial con grácil silueta terrenal. El elegantísimo prodigio que hoy cuelga su instrumento de cuerdas y deja las canchas más vacías que en pandemia nos transformó en bobones idealistas que creen en super héroes de capa y espada, además de hacernos caer en permanentes redundancias adjetivales; todo gracias a ese místico delirio con raqueta tan ajeno al sentido común que agotaba cualquier diccionario. Este cuarentón de gesto amable y genuino nos obligó a reencontrarnos con la veta lúdica más pura, constituida íntegramente de simpleza, estética e ingenio. Y, tras cartón,