PENSARES SENSORIALES
Lo mostrado, lo amotinado, lo enfermado, lo sanado. Lo gritado, lo callado, lo estreñido, lo desatado. Lo leído, lo inhalado, lo barrido, lo pertinazmente vivido. La muchedumbre, la podredumbre, la pesadumbre, la mansedumbre, el hedor, las heces, la inercia, la servidumbre. Las piezas, el caos, el desparramo, las amalgamas, las descocadas, las complejidades, las simplicidades, las más tiernas e infantiles opacidades. El morbo, el fetiche, el hastío, lo corriente, lo banal, el desatino, la carne, lo voraz, lo estrictamente “prohibido”, los misticismos, los sofismos, los aforismos, lo digerido, lo desabrido, lo tediosamente “permitido”. Los sabores sinsabores, los sentidos sinsentidos, la presunción racionalista, el facho totalitarista, la imbécil corporativista, el idolatra narcisista, los nerds cientificistas, y este afán tremendista, y este jugueteo equilibrista, y este desvarío alquimista.
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