MIL CARAS

        
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Mil caras auténticas, enjambre de ojos desarraigados, multitud de cuerpos transpirando con intermitencia las madrugadas colmadas por el desamor más pasional. Corazones latentes en almas penitentes. Frenesí de sabores desvergonzados, pérfidos aromas instantáneos o manos callosas presas del vicioso salvajismo orgásmico. Néctar de lágrimas empalagosas sobrevolando el vastísimo monte sin llanuras donde aletea la sed de revancha, anhelo por regresar al camino de besos asexuados que perduran invencibles. ¿Se fueron acaso? ¿Intentan vanamente perpetuarse en la reinvención constante de un montón de curvas sinuosas? Afroamericanas, mestizas, blondas, morochas, pelirrojas; conscientes del gozo devastador, artífices de tan dulce consuelo surcando ríos de frenesí. Adrenalina adictiva hoy devenida en parche efímero, mañana herida profunda, pasado vaya uno a saber. Impulsos contradictorios de reflexiones sintientes, caras de una misma moneda que gira en el aire como toreando al jodido fracaso. Feroz sudestada introspectiva hundida en la miel de lo extremadamente visceral, cachos de esa finísima femineidad destilando intuición a rolete en la mitad de una velada tristemente meditabunda. Puedo verlas brillar de lejos con luz propia, versátiles, polifacéticas, abrazadas eternamente a un poder de resolución que desvirga a cualquier macho cabrío; la cabeza en alto, el cuerpo erguido, surfeando el oleaje de la jungla patriarcal. Hembra, señora, dama y puta; todas mías, todas ajenas, todas por igual en los recovecos de una aturdidora crisis neuronal.  Mil caras de nostalgias en espiral  con el peso a cuestas de la pérdida asfixiante; dos mil ojos haciéndote regodear en la engañosa plenitud del círculo incesante y esa confirmación de un presagio fatalmente solitario cuando apenas eras un botija de dieciséis; cadena indisoluble de dolores perfumados y vivacidades radicales atravesando la existencia siempre forjada desde las ruinas, con el ensayo Prueba y Error a flor de piel. Todas eslabones imprescindibles de una desnorteada imperfección caminante que se resiste al GPS.

                                                                      @naturacontracultura 2012-2018

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