La calidez del barrio. Eso es lo que nos unió mas allá de diferencias notables, sentimientos encontrados, gustos radicalmente opuestos e inevitables miradas de desconfianza ante lo desconocido que acecha. ¿Tanto recuerdo removedor en solo un par de días? ¿Por qué me resulta tan difícil soltar aunque todo sea así de breve? ¿Por qué este apego insensato cultivado en unas pocas horas de compartir y cruzar los caminos? Personas que uno no espera, vínculos que desafían estigmas y prejuicios. Tipos y tipas que surgen de la nada misma como surgen las mejores cosas de esta vida. Historias entreveradas pero no revueltas, entre mates y "fernandos", entre sonseras adolescentes, conversas que calan hondo y emociones a flor de piel. Solo la carne y el hueso habitando un caserón a pura madera vieja, tan rústico como creativo. La historia de vida, el chiste idiota, la anécdota hilarante, la mirada penetrante y muchas veces inquisidora, aquello que está latente y que no se di