EL YIN Y EL YANG
es.wikipedia.org |
Podría decir que se conocieron hablando de barro mundanal
y sed de lujuria o que las procacidades se agolpaban en sus bocas herejes y los
proyectos de libidinosidad latente gobernaban aquel paisaje encantador. Sucede
que cuando quisieron acordarse el horizonte mutó de colores; lento, progresivo,
sin los apuros típicos del mundo que te corre de atrás. Debería señalar con
alegría que todavía charlan de banalidades y cosas superfluas como enmarañados
en una perpetua y lúdica candidez; pero aunque la Real Academia Española ponga cara
de pocos amigos, a esta repentina simbiosis le quedaría muchísimo mejor decir que,
lisa y llanamente, hablan boludeces mientras se ríen con el Otro, no del Otro.
Conozco por experiencia propia las inquietudes del lector promedio y sé que en
estos momentos estarán protestando por algunas inconsecuencias en la trama y
lagunas argumentales que pueden olfatearse a distancia; a eso contesto que
tienen razón, pero comprendan que ciertas excentricidades no pueden
transmitirse desde el convencionalismo estético.
Finalizada esta digresión de
mal gusto que tan solo aletarga el ritmo de la prosa, retomo en que ambos
jugaban por jugar y él intuía más de lo que sabía, confiando ciegamente en su
perspicacia, en lo adictivas que resultan las adivinanzas cuando uno
verdaderamente corre el riesgo de llegar al meollo de la cuestión. Durante otra
de esas noches en que la trivialidad metamorfoseaba sin aviso en profundidad
energética, la bellísima dama de glúteos protuberantes y morras trabajadas le
habló del Yin y el Yang; una filosofía taoísta que refiere a la dualidad
inevitable de fuerzas opuestas y complementarias que se propagan como
coronavirus, a lo largo y ancho del universo. “Encontrar claridad en lo oscuro
y oscuridad en lo claro”, simplificó con maestría la responsable exclusiva de
borrar de un plumazo su nefasto historial con las rubias. Es que
irremediablemente al tipo le gustaban morochas y las pocas doñas de pelo dorado
habían pasado con más pena que gloria; sin embargo, esta anti heroína
presuntuosa tenía la infrecuente virtud de poseer lo mejor de ambos mundos.
Híbrido inclasificable de
negrura pecaminosa y blanca pureza interactuando a las mil maravillas con la
machona voracidad y sensibilidad afeminada del bohemio inconformista. Capaz de
ser dama de gala en algún glamoroso palacete del Este del país e inmediatamente
convertirse en una gurisa de pantuflas y pijama que se manda una pizza mega
calórica mirando la última de Netflix. Capaz de intercalar una escultural apariencia
con su tibetano ser interior; ángel demoniaco o demonio angelical. Práctica hasta
la médula y con esa facilidad innata para darte un piñazo de realidad, de esos
que precisan los letristas trepados a la nube; también voladora hasta la utopía
en su postura innegociable de vivir aquí y ahora, sonrisa a cuestas,
naturalidad mediante, lápiz labial ausente.
En lo que a él respecta solo espera que el tiempo diga y le tire alguna que otra pista o simplemente desvanezca el codiciado acertijo; por ahora hay más preguntas que respuestas y los sesos se rebanan pensando cómo sucedió lo impensado; como esa musa locuaz erradicó de un plumazo conservadores estigmas, como fueron desbaratadas las poderosas rejas de su cerrazón intelectual. Como llegó a ser hombre cautivado por la mente de una Personal Trainer; una de esas minas a las que tildaba de precarias y que “parecen toditas productos en serie”, una de esas a las que tanto subestimó y de las que reniega desde que tiene uso de razón. Aún el tipo carece de conclusiones firmes e insisto en que tampoco tendrá certezas propias de un hondo conocimiento de aquí a mediano plazo; tan solo aspira al riesgo de la conjetura guiada por la sagacidad de su genio inquieto. Así permite que la imaginación se potencie en el diálogo con lo real y elucubra más de lo que entiende; en base a un deseo insaciable por descifrar aquella mixtura cautivante de occidente y oriente, de europea e indígena, de Amelie y Rigoberta, de amiga o amante…o lo que los astros dispongan.
@naturacontracultura 2012-2020