ALLÁ LEJOS
Bombas estremecen cuerpos y almas. Silencio atroz emanando ruido ensordecedor,
caos cotidiano. Pies diminutos, descalzos,
arrastrándose entre barro y sangre. Falsos profetas. Hombres poco hombres.
Alaridos, pañuelos cubriendo rostros apagados, llantos recién llegados al
mundo. Terrorismo de estado, guerrilla. Opresores. Asesinos. Oportunistas. Desigual
enfrentamiento de piedras y armamento diseñado para destruir. Ejército de
ocupación. Potencias mundiales jugando el rol del mediador que no media; toma partido.
Interviene. Maquilla. Tiñe. Desluce. Autos incendiados. Conflicto de vecinos,
hermanos, familia. David y Goliat. Escarbadientes orgulloso para enfrentar el
poder del fúsil. Resistencia inerte al ser humano. Franja de Gaza se sacude
otra vez. Paz anhelada, perdida en el horizonte de tan lejana El horror acecha
cual plaga furiosa y resistente. Los cimientos de Ramala tambalean ante la
destrucción latente. Atentados que se multiplican en los campos de refugiados.
Judíos, musulmanes, católicos, ateos. Corridas; idas y venidas. Mahoma, Moisés,
Jesús, Dios…Dioses de la guerra, la ira, el enfrentamiento, la crueldad, lo
inflexible, la dureza. Creencia que mata. Herida que duele. Al suelo todos. Rezan,
brotan gritos que claman soberanía. Casi cuarenta años de libertades añoradas y
colonizaciones absurdas renacen intempestivamente de gargantas desesperadas.
Gargantas sedientas de revanchismos, venganzas, combates; absurdo que aflora
desde lo más hondo de la perversa lógica que encarna la humanidad
deshumanizada. 20 muertos, 57 heridos, el saldo de otro día en el infierno. Inocentes,
culpables, tiranos…ya nada se distingue. El discernimiento brilla por su
ausencia. Miles de plegarias se suceden
una tras otra…justo allí, en la tierra olvidada, aunque para algunos “prometida”.
Barbas prominentes, doctrinas arraigadas, atuendos tradicionales. Se confunden
las personas, los dialectos. El árabe, el hebreo. La MUERTE como único
denominador común de aquella ensalada multicultural. Pedidos de auxilio
ahogados por misiles, tanques, bombas caseras. Oriente explota otra vez. La
imagen se hace cada vez más pequeña…distorsionada…lejana…
…de
vuelta en estudios centrales. El conductor acomoda con frialdad el nudo de la
corbata italiana. Carraspea dos veces, mira a la cámara seguro de si mismo.
Apoltronado en su confortable silla giratoria pronuncia su exasperante y trillada
reflexión. Gestos adustos reflejan disconformismo. Simpáticos slogans que
enuncian el “No a la guerra, Si a la paz”.
De acuerdo a los cronómetros del mundo la pena del afamado periodista se
prolonga por menos de cinco segundos. Después la vorágine. El dólar sigue
bajando. Acuerdo multipartidario en el tema impuestos. Peñarol por un triunfo
impostergable. Se pronostican lluvias y tormentas; azota con furia el alerta
naranja.
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