FIEL COMPAÑERA
¿Como pude ser tan ingrato para olvidarme de vos? Años y años
dedicando frases y enunciados sin siquiera hacer una referencia tan
justa como inevitable. Justo a vos…que, paradójicamente, siempre
estuviste ahí para iluminarme con tu oscuridad atrapante. Que me
llevaste de la mano por lugares inhóspitos y paraísos terrenales. Vos
que sos capaz de anestesiar el dolor como por arte de magia, aunque solo
sea por unas pocas vueltas de reloj. Como olvidar esa capacidad de
borrar la angustia de un plumazo con sueños disfrazados de mostradores y
murgas entonadas por gargantas malheridas. La cafetera grande. La
hilera de botellas que espera tras la silueta escuálida del gallego
Julio. Los trucos que acompañan la bohemia y fortalecen el
inquebrantable lazo de amistad. Aquellos brindis empapados en alcohol y
esta borrachera que perdura quince años después. El bailongo, el codo
apoyado, la botija de la barra, tentadora y atractiva. Miradas que van y
algunas que vuelven. Luna llena testigo de rumbos insospechados.
También me diste la música, santo remedio que cura las heridas y abre
las puertas de la imaginación salvadora. Enseñaste libertad, creación y
una rara armonía. Me diste las tranzas y la novia que nunca se olvida.
Los abrazos, las putas, el porro. Y también la agonía. Desnudaste mi
alma, hiciste sacar el lado oscuro sin avergonzarme ante nada y ante
nadie. Abriste mi cabeza y extirpaste uno a uno sus estigmas. Tachaste
prejuicios. Reivindicaste la diversidad. Me hiciste pasear por un
arcoiris ilimitado de estados. Arriba y abajo. Llorando y riendo.
Reflexivo o entregado locamente al instinto. Saltando de la ostentación
a los barrios bajos. Barro y cielo encerrado en ese universo
multicultural. Por todo eso y por tantas cosas más… fiel compañera…
NOCHE ENCANTADORA Y QUERIDA… cielo cubierto de estrellas… van estas
palabras tardías, pero sentidas.
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