BE YOURSELF

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Dear Nick. Escribo estas líneas por tu status de bizarro inspirador aunque hasta esta semana seas el 72 del mundo. Podrías ser el 343 y seguirías siendo mi único camino a emular. Siempre fuiste el villano favorito de los moralistas con micrófono y a pesar de nacer en Canberra sentís orgullo por tus raíces malayas y griegas. Te toca la misión  de ser un adorable Míster Hyde rompiendo la armonía de los aburridos Doctores Jekyll y por ello te harán pagar hasta el escarnio. Sos tu enemigo más fiel, auto flagelo constante, realismo al extremo y también sos los versos con raqueta más exquisitos entre los mortales, más allá del inmortal oriundo de Basilea. Sos estado puro y duro, miseria descarnada y virtud evidente. Cielo e infierno, todo o nada, matar o morir. Te dicen que entrenes, que cambies, te dicen cómo y cuándo, dónde y porque pero vos les escupís el asado y después de ganar el quinto título a tus 23 pirulos solo atinas a manifestar tus ganas locas de irte de fiesta con tus friends. Seguís siendo simplemente un botija, genuino y sin caretas, estropeas como vos solo sabes estropear esos sermones acartonados que adornan las premiaciones del deporte blanco, que de tan blanco te ningunea con aires elitistas. ¿Dónde te metiste sapo de otro pozo? Vos no perteneces  y así te lo hacen saber hasta tus propios colegas, incluido alguna leyenda española con apariencia de  “ejemplo de vida” que te tilda de irrespetuoso; pero vos no callás ni en el acierto ni en el error, naciste para oveja negra del rebaño modelo, sos la visceralidad con piernas de un circuito gobernado por el culto a las formas y la tan venerada paja de los buenos modales. Sos un corso a contramano, una aguja en un pajar, gota de agua en el desierto, lobo endemoniado paseándose altanero entre la obediente manada de corderos. Te piden que seas top ten y que de una buena vez por todas sigas las reglas del profesionalismo disciplinado, te piden que dejes de ser vos y fingen gravedad al hablar de tu ranking, de lo que sos y podrías ser, del desperdicio de talento, del diamante en bruto y varios etceteras más. Mientras tanto vos jugás el drop shot magistral, la volea gloriosa, el saque meteórico y la derecha tan angulada que ni Pitágoras;  gritás, rompés los encordados, gesticulas ampuloso, reis y haces puchero hasta el hartazgo con la frescura de un pibito atolondrado que aún no salió del colegio. Como bien dijo un reconocidísimo entrenador  sos el único player que no piensa dos veces antes de decir o de actuar, sos exaltación instintiva alborotando un oceano de cordura sobrevalorada. Bocanada de aire fresco en un mundillo suntuoso de hipócritas acomodaticios, el humanoide que contamina a los robotitos, sos Kyrgios y nadie más que Kyrgios.
                                                                            @naturacontracultura 2012-2019

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