OSAKA, BILES Y EL "MAL VIVIR"

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Meses atrás la tenista japonesa Naomi Osaka, ex número uno del ranking mundial y multiple ganadora de torneos grand slam, se retiró del torneo de Roland Garros aduciendo episodios de depresión y ataques de pánico. Más recientemente Simona Biles, considerada la mejor gimnasta de la historia, abandonó al equipo norteamericano en plena competencia olímpica sacando a la luz que no estaba siendo capaz de lidiar con los "demonios de su cabeza". 

Vale la pena empezar afirmando que tanto Biles como Osaka (y tantos otros y otras) son consideradas como prototipos del ser exitoso; sacrificadas deportistas de alta competencia y aparentes constataciónes empíricas de las bondades del sistema meritocrático, modelos de superación a seguir por los jóvenes del mundo. Conviene seguir diciendo que ambas están lejísimos de ser culpables por la cachetada que les ha dado la vida, aunque puede que en algún momento hayan sido responsables de abrir una puerta hoy imposible de cerrar. En todo caso no son víctimas ni victimarias, sino partes de un todo que las excede .

              Osaka, Biles y todos nos hemos prestado gustosos a seguir los estrictos lineamientos de unos dueños del circo a quienes les importa un rábano el dolor y el sufrimiento interior de sus perfectos y sofisticados productos de consumo. Y es que para todos (que nadie se excluya) ellas ya no tienen derecho a errar o a dudar, ni mucho menos a dejarse devorar por la tristeza y el miedo. Estas dos veteranas prematuras funcionan como objetos de culto cuyas obligaciónes irrenunciables son llenar estadios, cortar entradas, batir ratings de televisión, justificar sus debilidades profesionales ante ignorantes bien vestidos y con micrófono o promocionar cosmeticos de belleza.

            

Biles y Osaka cargan sobre sus espaldas un excesivo precio a pagar por "la buena vida" y dicha deuda con el sistema que las parió es literalmente impagable. Ninguna de las dos es un hecho aislado o una mera casualidad que se cura con los muy bien pagos servicios del sicólogo más cercano. Ambas se han afiliado (tal vez de forma inconsciente, tal vez no) al andar frenético de la picadora de carne (como lo hacemos frecuentemente usted y yo) y ahora no tienen idea como salir. Pero cuidado estimados y estimadas. Becareful. Porque esta oriental y esta morena han tenido la actitud más valiente; más que la de ganar un grand slam o un campeonato mundial all around. Biles y Osaka han quedado desnudas ante la audiencia sedienta de sangre; bajaron solitas del pedestal y han vuelto al reino de los mortales.


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