QUE NUNCA FALTE
No entiendo porque tuve que esperar 501 partidos de Liga o 167 de Champions. Quizá lo entiendo y por eso vale la pena auto flagelarme ante semejante omisión de estética y eficacia. Siempre lo percibí; irremediablemente, desde la primera vez que entró en acción, regando de talento el Camp Nou. Sin embargo, como suele pasarnos a la mayoría de los mortales, las luminarias se me fueron con Messi, Cristiano, Robben, Suárez, etc, etc, etc. Encandilado con lo que brilla, sin darme cuenta que el oro podía ir de la mano de la simpleza, perdí de vista la esencia de este juego. Pasaron 16 años de trayectoria, un mundial y dos eurocopas con España, 22 títulos a todo nivel con el Barcelona y yo seguía sin siquiera dedicarle tres miserables líneas al maestro de la orquesta sinfónica de Cataluña. Cuerpo diminuto como muchos; testa prodigiosa como pocas; allí nacía, nace y nacerá todo lo demás. En esa, ya mítica, camiseta número 6 comienza a gestarse la obra de arte, va tomando forma la idea que unos metros más adelante deriva en fantasía. Rey del pase corto, camina despreocupado las canchas del planeta, mientras su mente brillante hilvana planes dañinos para intereses ajenos. Haciendo gala de una ilimitada visión periférica, ostenta sin pudor elegancia suprema sin dejar rastros de sudor en el verde césped. Parece intrascendente cuando en realidad es ideólogo encubierto, autor intelectual, arquitecto silencioso. Caso único en el mundo, 90 minutos de movilidad sin siquiera una pizca de correr frenético; siempre libre para recibir y burlar rivales de turno. Un pasito a la izquierda, otro hacia atrás, dos adelante. Técnica exquisita para el control y sabiduría latente en la toma de decisiones. El mapa de la cancha pasea en su versátil disco duro y uno lo admira azorado con sus 35 primaveras a cuestas. Hace un par de días pude verlo otra vez haciendo de las suyas. Ya en el otoño de su carrera, con la calidad intacta. Pegada exquisita para clavarla en el ángulo, taco genial con displicencia y desprecio para que nuestro Lucho defina con maestría. Xavi Hernández… leyenda viviente…avezado crupier, siempre con un As más bajo la manga…patrimonio histórico del fútbol mundial…Oasis de lucidez en medio de la vorágine, sacudiendo la modorra de domingos grises de resaca.